lunes, 16 de octubre de 2017

CONDUCTISMO: EL CONDICIONAMIENTO OPERANTE

           El condicionamiento operante es una técnica conductista formulada por Frederick Skinner como resultado de sus diversos estudios llevados a cabo en el laboratorio con animales, es por medio de éstos que logró identificar  los principales componentes del condicionamiento operante (Schunk, 2012).

Se denomina condicionamiento operante porque las conductas estudiadas no son producidas de manera automática como eran las de Pavlov en el condicionamiento clásico. En este tipo de condicionamiento la respuesta existe en función de un objetivo o en función de las consecuencias de la conducta (Ruiz, 2010).

Los hallazgos de Skinner han aportado mucho en la psicología y  al campo educativo; aunque buena parte de su teoría no ha sido muy acogida por consideraciones cognitivas del aprendizaje. Según Schunk (2012), la teoría de Skinner aún continúa en el perfeccionamiento del aprendizaje de los estudiantes y  en la producción de comportamientos deseables a través de técnicas de modificación conductual

Estudio de la conducta operante


 Skinner no es estaba de acuerdo en que los impulsos internos eran los causantes de la conducta. Además, se oponía a las corrientes cognoscitivas del aprendizaje, quienes insisten en el procesamiento mental de la información (Schunk, 2012). 

Según Cloninger (2013),  Skinner descarta los pensamientos, las intenciones y otros estados como causas de la conducta por dos razones fundamentales: primero, los estados internos no pueden ser observados por otros, es decir son experiencias privadas que se pueden inferir solo a través de la conducta; y una ciencia empírica solo debería basarse en la observación directa. Segundo, el individuo no conoce con precisión sus estados internos, de ahí que los autorreportes estén sesgados.

Asimismo, es admitido destacar la importancia que Skinner le da al control de la conducta observable; para él, en la medida que controlemos la conducta podremos estar seguros de que hemos identificado sus causas (Cloninger, 2013).


El contexto evolutivo de la conducta operante
Los trabajos de Skinner han sido influenciados por el pensamiento Darwiniano, donde se tiene la concepción de que el  humano es un ser con capacidad de adaptarse al medio,  ajustarse a su ambiente y responder de manera distinta a los estímulos. Skinner al igual que Darwin afirma que la capacidad de adaptación puede ser la característica más destacada de la especie, por ello definió al condicionamiento operante como la selección de conductas por medio de sus consecuencias (Cloninger, 2013).


Fundamentos básicos del condicionamiento operante

      El reforzamiento positivo y negativo

      Para Cloninger (2013), el reforzamiento corresponde a lo que habitualmente llamamos recompensa, aunque Skinner prefería no connotarlo de esa manera, sino simplemente como cualquier estímulo que al ser presentado fortalece o aumenta la conducta. Tanto el refuerzo positivo como el refuerzo negativo tiene el mismo efecto: aumentan la probabilidad de que la respuesta ocurra  (Schunk, 2012).

El reforzamiento positivo, es cuando proporcionamos un reforzador agradable y como consecuencia de ello la conducta se incrementa; por ejemplo, cuando un padre le pide a su hijo que realice su tarea y si la termina le dejará salir a jugar con sus amigos.

Por su parte, el reforzamiento negativo es cuando quitamos algo que es desagradable y como consecuencia de ello la conducta se incrementa, por ejemplo cuando un profesor manifiesta que si todos los alumnos hacen sus tareas ya no habrá examen (el examen es algo desagradable), producto de ello los alumnos siempre harán sus tareas.

               El castigo positivo y negativo

La finalidad del castigo es reducir la frecuencia de una conducta operante. Éste método es a menudo empleado por los padres, los educadores, los gobiernos, etc. "Skinner exhortó mucho a las sociedad para encontrar formas más eficaces de controlar la conducta" (Cloninger, 2013).

El castigo positivo consiste en suministrar algo desagradable y como consecuencia de ello la conducta operante disminuye; por ejemplo si un niño pequeño empieza a hacer rabietas le castigamos con algo que no le gusta (lavar su plato después de comer) y como consecuencia de ello sus rabietas disminuyen.

Por su parte el castigo negativo consiste en quitar algo que es agradable para la persona, por ejemplo, cuando el profesor deja sin recreo a un alumno por comportarse mal. 

Según  Schunk  (2012), "es importante entender que el castigo sólo suprime la respuesta mas no la elimina, por lo tanto si la amenaza de castigo desaparece, la conducta sancionada puede volver".

        Reforzadores primarios y secundarios

Los reforzadores son estímulos que refuerzan las conductas y favorecen la presencia del comportamiento que se espera o se desea obtener del individuo (Mejía, 2011).

Un reforzador primario es aquel que satisface una necesidad biológica y funciona de modo natural (Ruiz 2010), por ejemplo el alimento, el agua y el abrigo son necesarios para la supervivencia (Schunk, 2012).

Un reforzador secundario funciona como tal en tanto ha sido asociado con un reforzador primario (Ruiz, 2010). Por ejemplo la taza favorita de un niño  se convierte en un reforzador secundario gracias a su vinculación con la leche.

     La generalización    


La generalización se produce  cuando una respuesta que ha sido condicionada, ocurre no solo en presencia del estímulo inicial,  sino ante estímulos que se presentan similares (Schunk, 2012). Es decir, estímulos similares al estímulo discriminativo también producen respuestas (Cloninger, 2013). Por ejemplo, a un niño que se le enseña a no correr por los pasillos de la escuela, es posible que también aprenda a no correr por los pasillos de su casa.

La discriminación
Es un proceso contrario a la generalización. Consiste en responder de manera diferente según el estímulo o característica de la situación. Por  ejemplo los maestros desean que los niños de nivel inicial sepan discriminar entre un cuadrado y un rectángulo y no que lo interpreten como si fuera una misma figura.

 Los programas de reforzamiento

Los programas de reforzamiento consistente en  diversas maneras de cómo se puede aplicar el refuerzo y los resultados obtenidos. Así se tiene los programas de intervalo (fijo y variable) y los programas de razón (fija y variable).

En un Programa de intervalo fijo, se refuerza un comportamiento  después de un tiempo determinado y en un programa de IV se refuerza la conducta de acuerdo a intervalos de tiempo. Asimismo, en los programas de razón fija, se refuerza al organismo después de un cierto número de respuestas acertadas, mientras que en el programa de razón variable  el refuerzo hacia las respuestas acertadas es variable.


 Ventajas y desventajas del condicionamiento operante.

Las ventajas que se desprenden de la teoría del condicionamiento operante son diversas: por ejemplo brinda  al campo educativo herramientas necesarias para efectuar un cambio en la conducta del alumno; es decir, el maestro puede servirse  de las técnicas de reforzamiento  para motivar el perfeccionamiento  y el dominio de habilidades de sus  estudiantes (Schunk, 2012).

Las ventajas que tiene cada técnica de modificación conductual permiten que el maestro tenga aliados o formas de controlar su ambiente de enseñanza,  veamos por ejemplo la técnica de extinción de conducta denominada tiempo fuera, donde el profesor retira al alumno  del lugar donde se encuentra a un cuarto especial o aislado, como consecuencia de haber hecho algo  no deseado. Esta técnica, permite que el alumno tome conciencia de su situación e intente suprimir su mala conducta.

La generalización también es una técnica que tiene gran ventaja. Schunk (2012) afirma que la generalización a diversas materias  puede adelantar el desarrollo de habilidades, por ejemplo en la escuela a los niños se les enseña a no correr dentro del salón, este aprendizaje también podría ser repetido cuando el niño se encuentra en otro lugar que no necesariamente  sea la escuela.

En el caso de la técnica del moldeamiento,  tiene la ventaja de poder ser aplicada a un estudiante con conducta hiperactiva, el cual no es capaz de concentrarse en un tarea por más de dos minutos (Schunk, 2012), el maestro podría servirse también del moldeamiento  para tratar un comportamiento en particular fastidioso.

Como se aprecia, las ventajas que se puede desprender de ésta teoría son diversas.   Mejía (2011) menciona que la teoría del condicionamiento operante de Skinner  resulta ser  eficaz en el ámbito educativo ya que tiene claramente identificados los principios que pueden hacer posible el comportamiento (aprendizaje) que se espera que adquiera el individuo.

Otra ventaja del condicionamiento operante, es haber proporcionado los fundamentos necesarios para hacer posible la creación de la denominada enseñanza programada, además de las contribuciones en la educación especial  y educación superior, así como  la creación de técnicas educativas, como la economía de fichas, procedimientos de modelado  y la instigación de la conductas deseadas (Gonzalez, 2004).

Con la enseñanza programada, Skinner se refería a que es importante la formulación de objetivos educativos en términos concretos conductuales, las tareas deben presentarse subdivididas en sus más elementales partes, en el contexto educativo debe recurrirse a la objetividad, se debe utilizar motivadores intrínsecos y reconocer que cada persona aprende de manera diferente (González, 2004).

Ahora bien, la teoría del condicionamiento operante también está dotada de desventajas, porque los alumnos se pueden acostumbrar a los refuerzos positivos, asimismo, hay que tener cuidado con los “efectos secundarios” que estos pueden acarrear.

En cuanto a los castigos, se debe  que tener en cuenta que estos producen reacciones emocionales, incluidos temor y ansiedad, que permanecen incluso después que la conducta  no deseada ha cesado (Cloninger, 2013)

Las emociones negativas que se desprenden del castigo constituyen estados aversivos para la persona, lo cual  viene a ser una desventaja de esta técnica.  También es importante resaltar que una conducta que ha sido sometida a extinción puede reaparecer más tarde de manera espontánea (Rachman, 1989, citado en Cloninger, 2013). Ante ello, es necesaria una mayor “pericia” por parte del docente para la planeación e instrumentalización del condicionamiento.

Probablemente las técnicas conductuales sean ventajosas, el problema radicaría en el uso que se les dé o el tiempo que se necesita para llevar a cabo un programa de modificación conductual.

Referencias Bibliográficas

Schunk, D. (1997). Teorias del aprendizaje. 2da Edición, México: Ed. Miembro de la Cámara Nacional de la Industria.

Schunk, D. (2012). Teorías del aprendizaje, una perspectiva educativa. Capítulo 3: condicionamiento operante. México: Pearson Educación. Sexta edición.

Cloninger, S. (2013). Teorías de la personalidad. Capítulo 9: Skinner y Staats, el desafío del conductismo. México: Prentice Hall. Tercera edición.

Gonzales, Z. (2004). Aportaciones de la psicología conductual a la educación. Revista Electrónica Sinéctica, () 15-22. Recuperado de http://www.redalyc.org/pdf/998/99815899003.pdf

Ruiz, Y. (2010). El condicionamiento como instrumento del aprendizaje en el aula. Andalucía: Temas para la educación.. Recuperado el 11 de setiembre del 2016 de https://www.feandalucia.ccoo.es/docu/p5sd7356.pdf

Mejía, A. (2011). El condicionamiento operante y su influencia en el ámbito educativo. Universidad de Mixteca. Recuperado el 11 de setiembre del 2016 de http://www.utm.mx/edi_anteriores/temas43/2NOTAS_43_4.pdf







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