El condicionamiento operante es una
técnica conductista formulada por Frederick Skinner como resultado de sus
diversos estudios llevados a cabo en el laboratorio con animales, es por medio
de éstos que logró identificar los
principales componentes del condicionamiento operante (Schunk, 2012).
Se denomina condicionamiento
operante porque las conductas estudiadas no son producidas de manera automática como
eran las de Pavlov en el condicionamiento clásico. En este tipo de
condicionamiento la respuesta existe en función de un objetivo o en función de las consecuencias de la conducta (Ruiz, 2010).
Los hallazgos de Skinner han
aportado mucho en la psicología y al campo educativo; aunque
buena parte de su teoría no ha sido muy acogida por consideraciones cognitivas
del aprendizaje. Según Schunk (2012), la teoría de Skinner aún continúa
en el perfeccionamiento del aprendizaje de los estudiantes y en la producción de comportamientos deseables
a través de técnicas de modificación conductual
Estudio de la conducta operante
Skinner no es estaba de acuerdo en que los impulsos internos eran los causantes de la conducta. Además, se oponía a las corrientes cognoscitivas del aprendizaje, quienes insisten en el procesamiento mental de la información (Schunk, 2012).
Según Cloninger (2013), Skinner descarta los pensamientos, las intenciones y otros estados como causas de la conducta por dos razones fundamentales: primero, los estados internos no pueden ser observados por otros, es decir son experiencias privadas que se pueden inferir solo a través de la conducta; y una ciencia empírica solo debería basarse en la observación directa. Segundo, el individuo no conoce con precisión sus estados internos, de ahí que los autorreportes estén sesgados.
Estudio de la conducta operante
Skinner no es estaba de acuerdo en que los impulsos internos eran los causantes de la conducta. Además, se oponía a las corrientes cognoscitivas del aprendizaje, quienes insisten en el procesamiento mental de la información (Schunk, 2012).
Según Cloninger (2013), Skinner descarta los pensamientos, las intenciones y otros estados como causas de la conducta por dos razones fundamentales: primero, los estados internos no pueden ser observados por otros, es decir son experiencias privadas que se pueden inferir solo a través de la conducta; y una ciencia empírica solo debería basarse en la observación directa. Segundo, el individuo no conoce con precisión sus estados internos, de ahí que los autorreportes estén sesgados.
Asimismo, es admitido destacar la
importancia que Skinner le da al control de la conducta observable; para él,
en la medida que controlemos la conducta podremos estar seguros de que hemos
identificado sus causas (Cloninger, 2013).
El contexto evolutivo de la conducta operante
Los trabajos de Skinner han sido
influenciados por el pensamiento Darwiniano, donde se tiene la concepción de
que el humano es un ser con capacidad de
adaptarse al medio, ajustarse a su ambiente y responder de
manera distinta a los estímulos. Skinner al igual que Darwin afirma que la capacidad de adaptación puede ser la característica más
destacada de la especie, por ello definió al condicionamiento operante como la
selección de conductas por medio de sus consecuencias (Cloninger, 2013).
Fundamentos básicos del
condicionamiento operante
El reforzamiento positivo y negativo
Para Cloninger (2013), el
reforzamiento corresponde a lo que habitualmente llamamos recompensa, aunque
Skinner prefería no connotarlo de esa manera, sino simplemente como cualquier
estímulo que al ser presentado fortalece o aumenta la conducta. Tanto el
refuerzo positivo como el refuerzo negativo tiene el mismo efecto: aumentan la
probabilidad de que la respuesta ocurra
(Schunk, 2012).
El reforzamiento positivo, es cuando
proporcionamos un reforzador agradable y como consecuencia de ello la conducta
se incrementa; por ejemplo, cuando un padre le pide a su hijo que realice su
tarea y si la termina le dejará salir a jugar con sus amigos.
Por su parte, el reforzamiento
negativo es cuando quitamos algo que es desagradable y como consecuencia de
ello la conducta se incrementa, por ejemplo cuando un profesor manifiesta que
si todos los alumnos hacen sus tareas ya no habrá examen (el examen es algo
desagradable), producto de ello los alumnos siempre harán sus tareas.
El castigo positivo y negativo
La finalidad del castigo es reducir
la frecuencia de una conducta operante. Éste método es a menudo empleado por
los padres, los educadores, los gobiernos, etc. "Skinner exhortó mucho a las
sociedad para encontrar formas más eficaces de controlar la conducta"
(Cloninger, 2013).
El castigo positivo consiste en
suministrar algo desagradable y como consecuencia de ello la conducta operante
disminuye; por ejemplo si un niño pequeño empieza a hacer rabietas le
castigamos con algo que no le gusta (lavar su plato después de comer) y como consecuencia de ello sus rabietas
disminuyen.
Por su parte el castigo negativo
consiste en quitar algo que es agradable para la persona, por ejemplo, cuando
el profesor deja sin recreo a un alumno por comportarse mal.
Según Schunk (2012), "es importante entender que el castigo sólo suprime la respuesta mas no la elimina, por lo tanto si la amenaza de castigo desaparece, la conducta sancionada puede volver".
Según Schunk (2012), "es importante entender que el castigo sólo suprime la respuesta mas no la elimina, por lo tanto si la amenaza de castigo desaparece, la conducta sancionada puede volver".
Reforzadores
primarios y secundarios
Los reforzadores son estímulos que
refuerzan las conductas y favorecen la presencia del comportamiento que se
espera o se desea obtener del individuo (Mejía, 2011).
Un reforzador primario es aquel que
satisface una necesidad biológica y funciona de modo natural (Ruiz 2010), por
ejemplo el alimento, el agua y el abrigo son necesarios para la supervivencia
(Schunk, 2012).
Un reforzador secundario funciona
como tal en tanto ha sido asociado con un reforzador primario (Ruiz, 2010).
Por ejemplo la taza favorita de un niño
se convierte en un reforzador secundario gracias a su vinculación con la
leche.
La generalización
La generalización se produce cuando una respuesta que ha sido condicionada, ocurre no solo en presencia del estímulo inicial, sino ante estímulos que se presentan similares (Schunk, 2012). Es decir, estímulos similares al estímulo discriminativo también producen respuestas (Cloninger, 2013). Por ejemplo, a un niño que se le enseña a no correr por los pasillos de la escuela, es posible que también aprenda a no correr por los pasillos de su casa.
La discriminación
Es un proceso contrario a la
generalización. Consiste en responder de manera diferente según el estímulo o
característica de la situación. Por
ejemplo los maestros desean que los niños de nivel inicial sepan
discriminar entre un cuadrado y un rectángulo y no que lo interpreten como si
fuera una misma figura.
Los programas de reforzamiento
Los programas de reforzamiento
consistente en diversas maneras de cómo
se puede aplicar el refuerzo y los resultados obtenidos. Así se tiene los
programas de intervalo (fijo y variable) y los programas de razón (fija y
variable).
En un Programa de intervalo fijo, se refuerza un comportamiento después de un tiempo determinado y en un programa de IV se refuerza la conducta de acuerdo a intervalos de tiempo. Asimismo, en los programas de razón fija, se refuerza al organismo después de un cierto número de respuestas acertadas, mientras que en el programa de razón variable el refuerzo hacia las respuestas acertadas es variable.
En un Programa de intervalo fijo, se refuerza un comportamiento después de un tiempo determinado y en un programa de IV se refuerza la conducta de acuerdo a intervalos de tiempo. Asimismo, en los programas de razón fija, se refuerza al organismo después de un cierto número de respuestas acertadas, mientras que en el programa de razón variable el refuerzo hacia las respuestas acertadas es variable.
Ventajas y desventajas del condicionamiento operante.
Las ventajas que se desprenden de la
teoría del condicionamiento operante son diversas: por ejemplo brinda al campo educativo herramientas necesarias para
efectuar un cambio en la conducta del alumno; es decir, el maestro puede
servirse de las técnicas de
reforzamiento para motivar el
perfeccionamiento y el dominio de
habilidades de sus estudiantes (Schunk,
2012).
Las ventajas que tiene cada técnica de modificación conductual permiten que el maestro tenga aliados o formas de controlar su ambiente de enseñanza, veamos por ejemplo la técnica de extinción de conducta denominada tiempo fuera, donde el profesor retira al alumno del lugar donde se encuentra a un cuarto especial o aislado, como consecuencia de haber hecho algo no deseado. Esta técnica, permite que el alumno tome conciencia de su situación e intente suprimir su mala conducta.
Las ventajas que tiene cada técnica de modificación conductual permiten que el maestro tenga aliados o formas de controlar su ambiente de enseñanza, veamos por ejemplo la técnica de extinción de conducta denominada tiempo fuera, donde el profesor retira al alumno del lugar donde se encuentra a un cuarto especial o aislado, como consecuencia de haber hecho algo no deseado. Esta técnica, permite que el alumno tome conciencia de su situación e intente suprimir su mala conducta.
La generalización también es una
técnica que tiene gran ventaja. Schunk (2012) afirma que la generalización a
diversas materias puede adelantar el
desarrollo de habilidades, por ejemplo en la escuela a los niños se les enseña
a no correr dentro del salón, este aprendizaje también podría ser repetido
cuando el niño se encuentra en otro lugar que no necesariamente sea la escuela.
En el caso de la técnica del
moldeamiento, tiene la ventaja de poder
ser aplicada a un estudiante con conducta hiperactiva, el cual no es capaz de
concentrarse en un tarea por más de dos minutos (Schunk, 2012), el maestro
podría servirse también del moldeamiento
para tratar un comportamiento en particular fastidioso.
Como se aprecia, las ventajas que se
puede desprender de ésta teoría son diversas.
Mejía (2011) menciona que la teoría del condicionamiento operante de
Skinner resulta ser eficaz en el ámbito educativo ya que tiene
claramente identificados los principios que pueden hacer posible el
comportamiento (aprendizaje) que se espera que adquiera el individuo.
Otra ventaja del condicionamiento
operante, es haber proporcionado los fundamentos necesarios para hacer posible
la creación de la denominada enseñanza programada, además de las contribuciones
en la educación especial y educación
superior, así como la creación de técnicas educativas, como la economía de
fichas, procedimientos de modelado y la
instigación de la conductas deseadas (Gonzalez, 2004).
Con la enseñanza programada, Skinner
se refería a que es importante la formulación de objetivos educativos en
términos concretos conductuales, las tareas deben presentarse subdivididas en
sus más elementales partes, en el contexto educativo debe recurrirse a la
objetividad, se debe utilizar motivadores intrínsecos y reconocer que cada persona
aprende de manera diferente (González, 2004).
Ahora bien, la teoría del
condicionamiento operante también está dotada de desventajas, porque los
alumnos se pueden acostumbrar a los refuerzos positivos, asimismo, hay que
tener cuidado con los “efectos secundarios” que estos pueden acarrear.
En cuanto a los castigos, se
debe que tener en cuenta que estos
producen reacciones emocionales, incluidos temor y ansiedad, que permanecen
incluso después que la conducta no
deseada ha cesado (Cloninger, 2013)
Las emociones negativas que se
desprenden del castigo constituyen estados aversivos para la persona, lo
cual viene a ser una desventaja de esta
técnica. También es importante resaltar
que una conducta que ha sido sometida a extinción puede reaparecer más tarde de
manera espontánea (Rachman, 1989, citado en Cloninger, 2013). Ante ello, es
necesaria una mayor “pericia” por parte del docente para la planeación e instrumentalización
del condicionamiento.
Probablemente las técnicas
conductuales sean ventajosas, el problema radicaría en el uso que se les dé o el tiempo que se necesita para llevar a cabo un programa de modificación conductual.
Referencias Bibliográficas
Referencias Bibliográficas
Schunk,
D. (1997). Teorias del aprendizaje. 2da Edición, México: Ed. Miembro de la Cámara Nacional de la Industria.
Schunk,
D. (2012). Teorías del aprendizaje, una perspectiva educativa. Capítulo 3:
condicionamiento operante. México:
Pearson Educación. Sexta edición.
Cloninger,
S. (2013). Teorías de la personalidad. Capítulo 9: Skinner y Staats, el desafío
del conductismo. México: Prentice Hall.
Tercera edición.
Gonzales,
Z. (2004). Aportaciones de la psicología conductual a la educación. Revista
Electrónica Sinéctica, () 15-22. Recuperado de http://www.redalyc.org/pdf/998/99815899003.pdf
Ruiz,
Y. (2010). El condicionamiento como instrumento del aprendizaje en el aula.
Andalucía: Temas para la educación.. Recuperado el 11 de
setiembre del 2016 de https://www.feandalucia.ccoo.es/docu/p5sd7356.pdf
Mejía,
A. (2011). El condicionamiento operante y su influencia en el ámbito educativo.
Universidad de Mixteca. Recuperado el 11 de setiembre del 2016 de http://www.utm.mx/edi_anteriores/temas43/2NOTAS_43_4.pdf
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