miércoles, 27 de septiembre de 2017

ÉTICA, MORAL, VALORES Y CULTURA (Gilberto Cely)


        Cely empieza su argumento diferenciando entre Moral y Ética, y postula que mientras la moral se caracteriza por un mensaje de salvación o una teología moral, la ética no se construye con datos revelados por las teologías sino por el uso de la razón que se describen en el contacto con el mundo social; asimismo, la ética no es dogmática  y su infracción no toma en cuenta sanciones espirituales de juicio. Por otro lado, mientras que en la moral el referente es la sociedad religiosa, en la ética el referente ético es la sociedad civil.

De Roux denomina moral a las normas que surgen de las costumbres de los pueblos y Ética a la reflexión acerca de las razones de esas normas. Para Cely, el concepto es similar, mientras moral define el bien y el mal con referencia a Dios (bueno es hacer la voluntad de Dios y malo es apartarse de él), la ética es la diferenciación entre el bien y el mal con base en la razón humana, sin  necesidad de alguna referencia (bueno es lo constructivo y malo lo que quiebra a lo que intentamos  construir como sociedad).

En cuanto a los valores, afirma  que  son evolutivos y diferentes para cada cultura, debido a que cada persona obra conforme a los valores que le han sido introyectado por su comunidad. Asimismo refiere que los valores compartidos socialmente generan un tipo de cultura que es aceptada por todos sus miembros. Sin embargo, a cada valor le corresponde un antivalor y es en ésta entropía social que existe la posibilidad de causar la muerte de una cultura, de ahí que Cely afirme que el humano no puede continuar en el perfeccionamiento de su especie sin desarrollarse armónica y simultáneamente con su entorno.

Lo anterior lleva a Cely a afirmar que la ética es dinámica al igual la cultura; sin embargo, esto no significa que la ética sea relativa, sino más bien evolutiva y que cada cultura produce su propia ética con la que se reproduce y muere.


Respecto a la cultura Cely señala que es aprendida y transmitida socialmente mas no heredada biológicamente.  La cultura- va a decir él-  "es la expresión de una particularidad histórica  y es por medio de ésta que el individuo entra en la dimensión humana de su vida y se eleva por encima y más allá del animal que hay en él y le permite de un modo específico entender y gozar el mundo".






Cely, G. (1993). Ética, moral, valores y cultura. Laboratorio actual. 19 (26), 9-11.  Disponible en: http://abj.org.co/images/revistas/26/26_Pag_%2008_11_Etica_Moral_Valo.pdf


lunes, 25 de septiembre de 2017

CIENCIA, MÉTODO Y FILOSOFÍA (Eli de Gortari)

        A lo largo de toda la historia humana, la ciencia y la filosofía se han desarrollado de manera paralela, intentando dar explicaciones a ciertos fenómenos, los mismos que se van modificando con el devenir de otros filósofos y científicos. Tales de Mileto empieza a cuestionarse por primera vez sobre el origen de las cosas y es aquí donde empieza todo el trance de una historia filosófica y científica, donde encontramos al hombre que se siente extraño en su propia casa, que se cuestiona y busca explicaciones según la razón se lo permita. He aquí la importancia que tiene la filosofía, que surge como una respuesta frente al impulso del hombre por conocer que es lo que verdaderamente está detrás de este mundo sensible.

La  filosofía permite desarrollar y perfeccionar el conocimiento que el hombre ha ido encontrando a lo largo de la historia por medio de la ciencia.

Para Gortari la ciencia es importante no solo por las explicaciones objetivas que tiene con respecto al universo, sino que tales conexiones racionales son comprobadas de manera experimental, convirtiéndose así en conocimiento. Una vez que la ciencia ha encontrado cierta explicación a determinado fenómeno o llegado a una conclusión sobre un hecho o realidad, es justo en este momento donde interviene la filosofía y empieza a ordenar y estructurar estos resultados científicos, haciendo una interpretación crítica, armoniosa y llevando a cabo una síntesis del nuevo conocimiento. Por otro lado, Gortari señala que la filosofía indaga y descubre las distintas modalidades que el hombre impone a sus actividades, incluyendo su trabajo, su conciencia y su reflexión; es decir, no solo analiza la parte teórica del investigador, sino también la parte práctica que realiza para adquirir los conocimientos científicos. Entonces, se destaca claramente la importancia que tiene la filosofía:  practicar el examen crítico de la actividad científica durante el proceso de su desarrollo.

Otra importancia que expone Gortari, es que la filosofía analiza cada uno de los pasos llevados a cabo en el descubrimiento, la invención y la creación científica, constituyéndose de esa manera como la “conciencia de la ciencia”.

Con respecto a la ciencia como tal- dice Gortari-se trata de  una actividad que consiste en dirigir sus indagaciones de acuerdo con los métodos elaborados teóricamente  por la filosofía, además provee nuevas experiencias  que confirman o anulan las teorías o también las amplían y profundizan. La ciencia es esencial porque su conocimiento se lleva a cabo gracias una serie de principios o leyes deducidos mediante la observación, el razonamiento y estructurados sistemáticamente para su comprensión. En ese sentido, sus hallazgos y observaciones de la cienca deberán ser siempre objetivos y comprobables. 

Por otro lado - afirma Gortari- podemos mencionar que la ciencia es importante para satisfacer necesidades del hombre, dar explicación a los fenómenos, crear nuevas tecnologías, etc. Sin embargo, la ciencia cobra aun mayor importancia cuando es examinada y  analizada por la filosofía.

 Si bien es cierto la ciencia y la filosofía son importantes para el desarrollo del conocimiento, las mismas no siempre se producen en la misma medida. Sin embargo, estas se pueden transferir o interaccionar  a través del método científico, quien permite que la filosofía y la ciencia funcionen de manera mutua, estableciendo así un vínculo  muy activo y permitiendo llevar una secuencia lógica y ordenada, así como  una serie de partes como la investigación, la sistematización y la exposición.

Tal como  afirma  Gortari, "la importancia del método radica en que este es un camino que se va construyendo o completando al realizar cada investigación; es decir, no se trata de un camino recto, tampoco que la ruta es inmutable". El método cobra aún más importancia cuando ha sido utilizado de forma eficaz durante el transcurso de la investigación.

En conclusión, la importancia de la ciencia y la filosofía radica en que estas funcionan de manera muy estrecha, mientras uno crea ciertos conocimientos, la otra crítica y analiza; es decir, examina el conocimiento de la ciencia para que ésta adquiera más valor; pero lo más interesante, es que la única manera para que el filósofo y el científico estén incursionados,  es a través del terreno de la metodología.



Eli de Gortari (s.f). El método como vínculo entre la ciencia y la filosofía. Apéndice B. México.


ÉTICA PARA AMADOR (Fernando Savater)



Capítulo I: De qué va la Ética

    Savater empieza diciendo que hay cosas que uno pude aprenderlas o no a voluntad propia. Afirma que como nadie es capaz de saberlo todo, no hay más remedio que elegir y aceptar con humildad lo mucho que ignoramos. Sin embargo, existen cosas que hay saberlas  porque en ello nos va la vida. 

Para Savater, entre todos los saberes posibles, existe uno indispensable: el de que ciertas cosas nos convienen pero otras no, de modo que a lo que nos conviene solemos llamarle bueno y a lo que no “malo”. 

Sin embargo a veces las cosas no son tan sencillas, debido a las ambigüedades que se presentan. La mentira - dice Savater - es algo malo porque destruye la confianza, pero a veces parece beneficioso mentir para obtener alguna ventaja o hacerle un favor a alguien, es decir, la mentira es mala, pero a veces puede resultar buena.  Es así que lo de saber vivir, no resulta tan fácil, porque hay diversos criterios opuestos respecto a lo que debemos hacer.

Sin embargo – continua Savater - existe una diferencia notable entre los hombres y los animales. Y es que estos últimos no tienen más remedio que ser tal como son y hacer lo que están naturalmente programadas para hacer. Por ejemplo, cuando uno de los hormigueros de las termitas se derrumba por culpa de un elefante, las termitas soldado salen a defender su tribu. Las obreras trabajan con toda celebridad e intentan reconstruir el termitero destruido y cierran dejando fuera a las heroicas termitas que sacrifican su vida por la seguridad de las demás.

En cuanto a la condición humana, Savater relata el caso de Héctor, que sale a enfrentarse a Aquiles, el campeón de los aqueos. En esta escena, Héctor sale a enfrentarse porque quiere, en cambio las termitas soldado están programadas naturalmente para cumplir su heroica misión. Héctor no está programado para ser héroe, ningún héroe lo está-dice Savater. A diferencia de las termitas Héctor es libre.  Aquí llegamos a la palabra fundamental: Libertad.

Savater indica que es probable que vengamos programados por la naturaleza  (programación natural) pero nuestro programa cultural es determinante; y es que somos educados en ciertas tradiciones, hábitos y formas de comportarse, de modo que Héctor estaba bastante programado de alguna manera para actuar como lo hizo.

Sin embargo, por mucha programación cultural que tengamos los hombres, siempre podemos optar por algo que no está en el programa – argumenta Savater. Nunca tenemos un solo camino sino muchos - dice él.

A pesar de la libertad que tenemos, Savater refiere que es posible aclarar dos aspectos respecto a la misma: 1) no somos responsables de elegir lo que nos pasa (por ejemplo nacer) sino para responder a lo que nos pasa (obedecer o rebelarnos) y 2) no es lo mismo la libertad (elegir dentro de lo posible) que omnipotencia (conseguir lo que uno quiere aunque parezca imposible).

Es así que a diferencia de los animales podemos optar por lo que nos parece bueno, y en este proceso podemos equivocarnos, de modo que es importante fijarse bien en lo que hacemos y a partir de ello procurar adquirir un cierto saber vivir que nos permita acertar. A este saber vivir, o arte de vivir es lo que Savater denomina ÉTICA.



Savater, F. (1991). Ética para Amador. Ed. Ariel: Madrid


EL CEREBRO MORAL. Lo que la neurociencia nos cuenta sobre la moralidad (Patricia S. Churchland)


Capítulo 8: Religión y Moralidad

       Patricia Churchland empieza su argumento aludiendo a que la mayoría de personas relatan actos moralmente valerosos de acuerdo a sus propias experiencias de vida. Asimismo -dice ella- las personas creen  que la  moralidad se origina en la conciencia humana y que contiene la ley  natural que Dios quiere que sigamos. Este tipo de personas  tienden a creer en dos posturas:  1) a menudo albergamos sentimientos intensos de lo que es correcto e incorrecto, y 2) que existe una especie de entidad metafísica (conciencia) a la que podemos recurrir para hallar soluciones moralmente correctas.

Para Patricia C. una perspectiva relacionada con lo anterior es que la religión es la fuente de los principios morales de nuestras vidas y que  la bondad y la maldad son lo que son porque existe un ser divino. Según las creencias religiosas, la moralidad la impone un Dios a los humanos malvados e indolentes por su propio bien, con la amenaza de recibir un castigo si no cumplen las normas. Así pues, en algunas doctrinas de principios morales, definen una forma de vida necesaria para acceder a otra vida, pero son indiferentes al sufrimiento del aquí y del ahora.


Por otro lado-continua Patricia C.- las religiones en las que una metafísica de los seres divinos ocupa un lugar poco destacado, suelen tener una visión más mundana de los orígenes de la moralidad y su propósito. En este tipo de religiones con una metafísica ligera, la sabiduría moral es humana. Sin embargo, en las tradiciones con una metafísica intensa, la conexión entre Dios y la moralidad es considerada como axiomática.


Esto lleva a Patricia C. a afirmar que cualquier cosa que haga que algo sea correcto o incorrecto, se sienta en la naturaleza de los seres humanos y la sociedad establecida, no en la naturaleza de los dioses que inventamos. Porque ¿cómo podemos determinar quién tiene un contacto fidedigno con Dios para que nos informe al resto de mortales acerca del modo en que Dios quiere que nos comportemos?.

Incluso en las religiones que se muestran de acuerdo con los mandamientos de Dios sus seguidores rara vez cumplen esos mandamientos al pie de la letra. Por ejemplo para los judíos matar es malo, sin embargo,  en la práctica, muy razonablemente consideran que matar en tiempo de guerra es un acto aceptable, porque es una mediada de autodefensa.

A pesar de ello, no todas las religiones entienden la moralidad como un factor que dependa de Dios, por ejemplo el Budismo, el confusionismo, el taoísmo y otras religiones asiáticas carecen de la teología de una persona divina y su sabiduría moral es de este mundo, no sobrenatural. Su sabiduría de estas religiones está abierta a discusión o no es axiomática.

A partir del análisis anterior que realiza Patricia Churchland, logra concluir que sí existe una conexión entre religión y moralidad, pero este vínculo es principalmente sociológico, no metafísico. Para ella "la moralidad existe y está sentada en nuestra biología, en nuestra capacidad para sentir compasión y en nuestra capacidad para aprender a  imaginar". Es este razonamiento, la piedra angular que caracteriza el pensamiento de Patricia Churchland.



Churchland, P. (2012). El cerebro moral: Lo que la neurociencia nos cuenta sobre la moralidad. Ed. Paidós. Cap. 8: Religión y Moralidad, pp. 209 – 223.  

EL BONOBO Y LOS DIEZ MANDAMIENTOS. En busca de la ética entre los primates (Frans de Wall)



Capítulo 8: Moralidad Ascendente

       Según Frans de Wall, todo comenzó siendo simple y aquella convicción de que la moralidad escapa de este origen humilde ha sido implantada en nosotros por la religión y abrazada por la filosofía.

Para Frans de Wall, no solo los humanos estamos dotados de ideales sino que los animales también; entonces, ¿por qué una araña repara su tela?. Frans de Wall diría que lo hace porque tiene en su mente una estructura ideal y tan pronto como su tela se desvía de ese ideal se pone a trabajar para restaurar su forma original. Éste argumento apoya la idea de que el mundo animal está lleno de reparación y corrección y esta ultima es normativa por definición porque reflejan el sentimiento de los animales sobre cómo debería ser las cosas. De ahi que Frans de Wall diga que la moralidad también es normativa. Los mamíferos sociales procuran mantener relaciones armoniosas- dice él - esto ha sido demostrado en un experimento de campo, donde dos papiones machos adultos rehusaron tocar un cacahuate arrojado entre ambos, aunque los dos lo vieron caer a sus pies.

En la moralidad ascendente - continua Frans de Wall- el código moral no viene impuesto desde arriba (religión) ni se deriva de principios bien razonados (filosofía), sino que surge de valores implantados que han estado ahí desde nuestros ancestros y el más fundamental tiene que ver con el valor de supervivencia de la vida en grupos.

Somos mamíferos, un grupo de animales marcado por la sensibilidad a las emociones ajenas, o al menos eso es lo que demostro Bekoff, quien analizo un video y concluyó que el juego de los caninos está sujeto a reglas, genera confianza, requiere consideración del otro y enseña a los jóvenes como deben comportarse.


Frans de Wall también habla de justicia distributiva, la misma que  está dividida en justicia de primer orden y justicia de segundo orden. La justicia de primer orden es la protesta por obtener menos que otros y la justicia de segundo orden es promover activamente la equidad o mejor dicho, es la preferencia por los resultados equitativos en general.

Nuestro sentido de la justicia - dice Frans de Wall- no es un producto de nuestra presumida  racionalidad, sino que tiene sus raíces en las emociones básicas. Por ejemplo en los animales cuando rechazan un alimento más que aceptable, porque otros reciben algo mejor, se parece a la actuación humana en el juego del ultimátumPor otro lado, los antropoides son capaces de resolver conflictos por comida que no es suya. Este es el ejemplo de una hembra adolescente que una vez interrumpió una pelea entre dos juveniles por una rama con hojas comestibles. Les quito la rama, la partió en dos y le dio una parte a cada uno.

Frans de Wall también habla de la justicia de segundo orden a partir de estudios llevados a cabo con chimpancés, quienes eran más proclives a rechazar una preciada uva cuando el otro chimpancé obtenía una zanahoria, menos valorada. Por lo tanto, la justicia y la equidad deben contemplarse como capacidades antiguas-argumenta él.

Asimismo, afirma De Wall, que tenemos las emociones de un animal social y nos movemos por emociones y valores innatos que guían mas que dictan nuestro comportamiento. Los mamíferos son afectados por el sufrimiento ajeno que conduce a niveles de altruismo. Por eso si el bonobo hablara discrepara de cualquiera que oponga la evolución a la moralidad, tal como lo hizo el neurocirujano Benjamín Carson quien afirma que si uno acepta la teoría evolutiva, tiene que desechar la ética. Carson da por sentado que la moralidad va contra la naturaleza y que nuestros deseos son todos malos, mientras que el objeto de el análisis de Frans de Wall es argumentar lo contrario.


Por último, De Wall afirma en este capítulo, que cualquiera que sea el papel de la religión en la moralidad, es algo que ha venido después. La moralidad surgió antes y la religión moderna se la apropió. La moralidad tiene un origen más humilde y reconocible en el comportamiento de otros animales.

¿Y tú que piensas?



De  Waal, F. (2014). El bonobo y los diez mandamientos. En busca de la Ética entre los primates. Barcelona. TusQuets.

CONDUCTISMO: EL CONDICIONAMIENTO OPERANTE

            El condicionamiento operante es una técnica conductista formulada por Frederick Skinner como resultado de sus diversos estudi...