Cely
empieza su argumento diferenciando entre Moral y Ética, y postula que
mientras la moral se caracteriza por un mensaje de salvación o una teología
moral, la ética no se construye con datos revelados por las teologías sino por
el uso de la razón que se describen en el contacto con el mundo social;
asimismo, la ética no es dogmática y su infracción
no toma en cuenta sanciones espirituales de juicio. Por otro lado, mientras que
en la moral el referente es la sociedad religiosa, en la ética el referente
ético es la sociedad civil.
De
Roux denomina moral a las normas que surgen de las costumbres de los pueblos y
Ética a la reflexión acerca de las razones de esas normas. Para Cely, el concepto
es similar, mientras moral define el bien y el mal con referencia a Dios (bueno
es hacer la voluntad de Dios y malo es apartarse de él), la ética es la
diferenciación entre el bien y el mal con base en la razón humana, sin necesidad de alguna referencia (bueno es lo
constructivo y malo lo que quiebra a lo que intentamos construir como sociedad).
En
cuanto a los valores, afirma que son evolutivos y diferentes para cada cultura, debido a que cada persona obra conforme a los valores que le han sido
introyectado por su comunidad. Asimismo refiere que los valores compartidos socialmente
generan un tipo de cultura que es aceptada por todos sus miembros. Sin embargo, a cada valor le corresponde un antivalor y es en ésta entropía social que existe la
posibilidad de causar la muerte de una cultura, de ahí que Cely afirme que el
humano no puede continuar en el perfeccionamiento de su especie sin
desarrollarse armónica y simultáneamente con su entorno.
Lo
anterior lleva a Cely a afirmar que la ética es dinámica al igual la cultura; sin embargo, esto no significa que la ética sea relativa, sino más bien evolutiva
y que cada cultura produce su propia ética con la que se reproduce y muere.
Respecto
a la cultura Cely señala que es aprendida y transmitida socialmente mas no
heredada biológicamente. La cultura- va
a decir él- "es la expresión de una
particularidad histórica y es por medio
de ésta que el individuo entra en la dimensión humana de su vida y se eleva por
encima y más allá del animal que hay en él y le permite de un modo específico entender
y gozar el mundo".
Cely,
G. (1993). Ética, moral, valores y cultura. Laboratorio actual. 19 (26), 9-11. Disponible en: http://abj.org.co/images/revistas/26/26_Pag_%2008_11_Etica_Moral_Valo.pdf